miércoles, 11 de febrero de 2009

Sencillos de corazón al estudiar la Palabra de Dios


Todos los humildes de corazón recibirán rayos de luz celestial
"Los diferentes grupos de quienes profesan ser creyentes adventistas tienen cada uno un poco de la verdad, pero Dios dio todas estas verdades a sus hijos que están recibiendo preparación para el día de Dios. También les ha dado verdades que ninguno de aquellos grupos conoce, ni quiere comprender. Las cosas que están selladas para ellos, el Señor las abrió ante aquellos que quieran ver y estén dispuestos a comprender. Si Dios tiene alguna nueva luz que comunicar, permitirá que sus escogidos y amados la comprendan, sin necesidad de que su mente sea iluminada oyendo a aquellos que están en tinieblas y error."
PRIMEROS ESCRITOS, p.125
Los jóvenes y la presentación de la verdad
"Los jóvenes de nuestras filas están vigilando para ver con qué espíritu los ministros abordan la investigación de las Escrituras; si tienen un espíritu accesible, y son lo suficientemente humildes para aceptar la evidencia, y recibir la luz de los mensajeros a quienes Dios escoge para mandar. Debemos estudiar la verdad por nosotros mismos. No debe confiarse en ningún hombre para que piense por nosotros. No importa de quién se trate, o en qué puesto pueda ser colocado, no hemos de mirar a ningún hombre como criterio para nosotros. Hemos de aconsejarnos mutuamente, y de estar sujetos el uno al otro; pero al mismo tiempo hemos de ejercer la capacidad que Dios nos ha dado, para aprender qué es verdad. Cada uno de nosotros debe mirar a Dios para recibir iluminación divina. Debemos desarrollar individualmente un carácter que soporte la prueba en el día de Dios. No debemos ser obstinados en nuestras ideas, y pensar que nadie debe interferir nuestras opiniones. Cuando un punto de doctrina que no entendáis llegue a vuestra consideración, id a Dios sobre vuestras rodillas, para que podáis entender qué es verdad y no ser hallados como lo fueron los judíos luchando contra Dios. Mientras amonestamos a los hombres a precaverse de aceptar cualquier cosa a menos que sea la verdad, debemos también amonestarles a no poner en peligro sus almas rechazando los mensajes de luz, sino a salir de las tinieblas por un estudio fervoroso de la Palabra de Dios. Cuando Natanael fue a Jesús, el Salvador exclamó: "He aquí un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". Natanael dijo: "¿De dónde me conoces?" Jesús respondió: "Cuando estabas debajo
de la higuera te vi". Y Jesús nos verá también en los lugares secretos de la oración, si buscamos luz para saber qué es verdad. Si un hermano está enseñando el error, los que están en puestos de responsabilidad deben saberlo; y si está enseñando verdad, han de decidirse a sostenerlo. Todos nosotros debemos saber lo que se enseña en nuestro medio; pues si es la verdad, debemos conocerla. El maestro de la escuela sabática necesita saberlo, y todo alumno de la escuela sabática debe comprenderlo. Todos estamos bajo la obligación hacia Dios de comprender lo que él nos envía. El ha dado instrucciones por las cuales podemos probar toda doctrina: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido". Pero si está de acuerdo con esta prueba, no estéis tan llenos de prejuicio que no podáis reconocer un punto, sencillamente porque no concuerda con vuestras ideas.
Es imposible que una mente, cualquiera que sea, comprenda toda la riqueza y grandeza de una sola promesa de Dios. Una capta la gloria desde un punto de vista; otra la hermosura y la gracia desde otro punto de vista, y el alma se llena de la luz del cielo. Si viéramos toda la gloria, el espíritu desmayaría. Pero podemos tener revelaciones de las abundantes promesas de Dios mucho mayores que las que ahora gozamos. Me entristece el corazón pensar cómo perdemos de vista la plenitud de la bendición destinada a nosotros. Nos contentamos con fulgores momentáneos de iluminación espiritual, cuando podríamos andar día tras día a la luz de su presencia.
Queridos hermanos, orad como nunca lo habéis hecho para que los rayos del Sol de Justicia brillen de la Palabra, para que podáis comprender su verdadero significado. Jesús rogó que sus discípulos fueran santificados por la verdad: la Palabra de Dios. ¡Cuán fervientemente, pues, debiéramos orar para que Aquel que "todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios". Aquel cuya misión es recordarle al pueblo de Dios todas las cosas, y guiarlo a toda verdad, esté con nosotros en la investigación de su santa Palabra.
Dios nos pide que dependamos de él, y no del hombre. Desea que tengamos un nuevo corazón; quiere darnos revelaciones de la luz del trono de Dios (Review and Herald, 18 de febrero de 1890)."
Testimonios para los Ministros, p.107-109 (Biblioteca Electrónica)

Muchos adventistas rechazarán la ultima amonestación, el ultimo mensaje a esta tierra
"En las iglesias [adventistas del séptimo día] habrá una manifestación maravillosa del poder de Dios, pero no obrará en favor de aquellos que no se han humillado ante el Señor ni abierto la puerta del corazón mediante la confesión y el arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que ilumina la tierra con la gloria de Dios, sólo verán algo que en su ceguera considerarán peligroso, algo que despertará sus temores, y se afirmarán para resistirlo. Debido a que el Señor no actúa de acuerdo con sus ideas y expectativas, se opondrán a la obra. "¿Por qué -dicen- no debiéramos nosotros conocer al Espíritu de Dios, cuando hemos estado en la obra por tantos años?"" RH Extra, Diciembre 23, 1890. -
Eventos de los Ultimos Dias, p.214 (Biblioteca Electrónica)

domingo, 8 de febrero de 2009

Falsos Pastores

"Me fue mostrado que los falsos pastores estaban ebrios, pero no de vino; tambaleaban, pero no por el efecto de bebidas fuertes.  La verdad de Dios está sellada para ellos; no pueden leerla.  Cuando se los interroga acerca de lo que es el reposo del séptimo día, si es o no el verdadero sábado de la Biblia, desvían la mente hacia fábulas.  Vi que esos profetas eran como las zorras del desierto.  No han subido a las brechas, no han reparado el cerco para que el pueblo de Dios pueda subsistir en la batalla del día del Señor.  Cuando los ánimos se agitan, y comienzan a interrogar a estos falsos pastores acerca de la verdad, ellos eligen la manera más fácil de lograr su objeto y calman el espíritu de los indagadores, aun a costa de cambiar su propia posición.  La luz ha resplandecido sobre muchos de estos pastores, pero no quisieron reconocerla, y han cambiado su posición unas cuantas veces para eludir la verdad y evitar las conclusiones a las cuales debían llegar si continuaban sosteniendo lo que sostenían antes.  El poder de la verdad desbarató su fundamento, pero en vez de ceder a ese poder levantaron otra plataforma que ni a ellos mismos les satisfacía.
Vi que muchos de estos pastores habían negado lo que Dios había enseñado antes; habían negado y rechazado las verdades gloriosas que una vez defendían y se habían ataviado de mesmerismo y de toda clase de engaño.  Vi que estaban borrachos de error, y que conducían a su grey a la muerte.  Muchos de los que se oponen a la verdad de Dios maquinan daños en su cabeza sobre sus camas, y de día llevan a cabo sus perversos designios para abatir la verdad y presentar algo nuevo que interese a la gente y la distraiga de la verdad preciosa y de suma importancia.
Vi que los sacerdotes que conducían a su grey a la muerte serán pronto detenidos en su terrible carrera.  Se acercan las plagas de Dios, pero no bastará que los falsos pastores sean atormentados por una o dos de esas plagas.  En aquel tiempo la mano de Dios será extendida con ira y justicia y no se retirará hasta que los propósitos de él se hayan cumplido plenamente, hasta que los sacerdotes asalariados sean inducidos a adorar a los pies de los santos, y a reconocer que Dios los amó porque se aferraron a la verdad y guardaron los mandamientos de Dios, y hasta que todos los injustos sean destruidos de la tierra.
Los diferentes grupos de quienes profesan ser creyentes adventistas tienen cada uno un poco de la verdad, pero Dios dio todas estas verdades a sus hijos que están recibiendo preparación para el día de Dios.  También les ha dado verdades que ninguno de aquellos grupos conoce, ni quiere comprender.  Las cosas que están selladas para ellos, el Señor las abrió ante aquellos que quieran ver y estén dispuestos a comprender.  Si Dios tiene alguna nueva luz que comunicar, permitirá que sus escogidos y amados la comprendan, sin necesidad de que su mente sea iluminada oyendo a aquellos que están en tinieblas y error.
Me fueron mostrados aquellos que creen poseer el último mensaje de misericordia y la necesidad que tienen de estar separados de los que están bebiendo diariamente nuevos errores. Vi que ni los jóvenes  ni los ancianos debían asistir a sus reuniones; porque es malo alentarlos así mientras enseñan el error que es veneno mortal para el alma, y mientras presentan como doctrinas los mandamientos de los hombres.  La influencia de tales reuniones no es buena.  Si Dios nos ha librado de tales tinieblas y error, debemos destacarnos firmemente en la libertad con que nos emancipó y regocijarnos en la verdad.  Dios siente desagrado hacia nosotros cuando vamos a escuchar el error, sin estar obligados a ir; porque a menos que nos mande a aquellas reuniones donde se inculca  el error a la gente por el poder de la voluntad, no nos guardará.  Los ángeles dejan de ejercer su cuidado vigilante sobre nosotros; y quedamos expuestos a los golpes del enemigo, para ser entenebrecidos y debilitados por él y por el poder de sus malos ángeles, y la luz que nos rodea se contamina con las tinieblas.
Vi que no tenemos que desperdiciar tiempo escuchando fábulas. Nuestros pensamientos no deben ser distraídos así, sino ocuparse con la verdad presente y en la búsqueda de sabiduría, a fin de obtener un conocimiento más cabal de nuestra posición, para que con mansedumbre podamos dar razón de nuestra esperanza basándonos en las Escrituras.  Mientras que doctrinas falsas y errores peligrosos se inculcan en la mente, ésta no puede espaciarse en la verdad que ha de preparar a la casa de Israel para que subsista en el día del Señor.

PRIMEROS ESCRITOS, p.124-126

Falsos Pastores

"Me fue mostrado que los falsos pastores estaban ebrios, pero no de vino; tambaleaban, pero no por el efecto de bebidas fuertes.  La verdad de Dios está sellada para ellos; no pueden leerla.  Cuando se los interroga acerca de lo que es el reposo del séptimo día, si es o no el verdadero sábado de la Biblia, desvían la mente hacia fábulas.  Vi que esos profetas eran como las zorras del desierto.  No han subido a las brechas, no han reparado el cerco para que el pueblo de Dios pueda subsistir en la batalla del día del Señor.  Cuando los ánimos se agitan, y comienzan a interrogar a estos falsos pastores acerca de la verdad, ellos eligen la manera más fácil de lograr su objeto y calman el espíritu de los indagadores, aun a costa de cambiar su propia posición.  La luz ha resplandecido sobre muchos de estos pastores, pero no quisieron reconocerla, y han cambiado su posición unas cuantas veces para eludir la verdad y evitar las conclusiones a las cuales debían llegar si continuaban sosteniendo lo que sostenían antes.  El poder de la verdad desbarató su fundamento, pero en vez de ceder a ese poder levantaron otra plataforma que ni a ellos mismos les satisfacía.
Vi que muchos de estos pastores habían negado lo que Dios había enseñado antes; habían negado y rechazado las verdades gloriosas que una vez defendían y se habían ataviado de mesmerismo y de toda clase de engaño.  Vi que estaban borrachos de error, y que conducían a su grey a la muerte.  Muchos de los que se oponen a la verdad de Dios maquinan daños en su cabeza sobre sus camas, y de día llevan a cabo sus perversos designios para abatir la verdad y presentar algo nuevo que interese a la gente y la distraiga de la verdad preciosa y de suma importancia.
Vi que los sacerdotes que conducían a su grey a la muerte serán pronto detenidos en su terrible carrera.  Se acercan las plagas de Dios, pero no bastará que los falsos pastores sean atormentados por una o dos de esas plagas.  En aquel tiempo la mano de Dios será extendida con ira y justicia y no se retirará hasta que los propósitos de él se hayan cumplido plenamente, hasta que los sacerdotes asalariados sean inducidos a adorar a los pies de los santos, y a reconocer que Dios los amó porque se aferraron a la verdad y guardaron los mandamientos de Dios, y hasta que todos los injustos sean destruidos de la tierra.
Los diferentes grupos de quienes profesan ser creyentes adventistas tienen cada uno un poco de la verdad, pero Dios dio todas estas verdades a sus hijos que están recibiendo preparación para el día de Dios.  También les ha dado verdades que ninguno de aquellos grupos conoce, ni quiere comprender.  Las cosas que están selladas para ellos, el Señor las abrió ante aquellos que quieran ver y estén dispuestos a comprender.  Si Dios tiene alguna nueva luz que comunicar, permitirá que sus escogidos y amados la comprendan, sin necesidad de que su mente sea iluminada oyendo a aquellos que están en tinieblas y error.
Me fueron mostrados aquellos que creen poseer el último mensaje de misericordia y la necesidad que tienen de estar separados de los que están bebiendo diariamente nuevos errores. Vi que ni los jóvenes  ni los ancianos debían asistir a sus reuniones; porque es malo alentarlos así mientras enseñan el error que es veneno mortal para el alma, y mientras presentan como doctrinas los mandamientos de los hombres.  La influencia de tales reuniones no es buena.  Si Dios nos ha librado de tales tinieblas y error, debemos destacarnos firmemente en la libertad con que nos emancipó y regocijarnos en la verdad.  Dios siente desagrado hacia nosotros cuando vamos a escuchar el error, sin estar obligados a ir; porque a menos que nos mande a aquellas reuniones donde se inculca  el error a la gente por el poder de la voluntad, no nos guardará.  Los ángeles dejan de ejercer su cuidado vigilante sobre nosotros; y quedamos expuestos a los golpes del enemigo, para ser entenebrecidos y debilitados por él y por el poder de sus malos ángeles, y la luz que nos rodea se contamina con las tinieblas.
Vi que no tenemos que desperdiciar tiempo escuchando fábulas. Nuestros pensamientos no deben ser distraídos así, sino ocuparse con la verdad presente y en la búsqueda de sabiduría, a fin de obtener un conocimiento más cabal de nuestra posición, para que con mansedumbre podamos dar razón de nuestra esperanza basándonos en las Escrituras.  Mientras que doctrinas falsas y errores peligrosos se inculcan en la mente, ésta no puede espaciarse en la verdad que ha de preparar a la casa de Israel para que subsista en el día del Señor.

PRIMEROS ESCRITOS, p.124-126