jueves, 18 de diciembre de 2008

¿Quién divide la iglesia?

"Si los dirigentes de Israel hubiesen recibido a Cristo, los habría honrado como mensajeros suyos para llevar el Evangelio al mundo. A ellos fue dada primeramente la oportunidad de ser heraldos del reino y de la gracia de Dios. Pero Israel no conoció el tiempo de su visitación. Los celos y la desconfianza de los dirigentes judíos maduraron en abierto odio, y el corazón de la gente se apartó de Jesús.
El Sanedrín había rechazado el mensaje de Cristo y procuraba su muerte; por tanto, Jesús se apartó de Jerusalén, de los sacerdotes, del templo, de los dirigentes religiosos, de la gente que había sido instruida en la ley, y se dirigió a otra clase para proclamar su mensaje, y congregar a aquellos que debían anunciar el Evangelio a todas las naciones.
Así como la luz y la vida de los hombres fue rechazada por las autoridades eclesiásticas en los días de Cristo, ha sido rechazada en toda generación sucesiva. Vez tras vez, se ha repetido la historia del retiro de Cristo de Judea. Cuando los reformadores predicaban la palabra de Dios, no pensaban separarse de la iglesia establecida; pero los dirigentes religiosos no quisieron tolerar la luz, y los que la llevaban se vieron obligados a buscar otra clase, que anhelaba conocer la verdad. En nuestros días, pocos de los que profesan seguir a los reformadores están movidos por su espíritu. Pocos escuchan la voz de Dios y están listos para aceptar la verdad en cualquier forma que se les presente. Con frecuencia, los que siguen los pasos de los reformadores están obligados a apartarse de las iglesias que aman, para proclamar la clara enseñanza de la palabra de Dios. Y muchas veces, los que buscan la luz se ven obligados por la misma enseñanza a abandonar la iglesia de sus padres para poder obedecer."


Deseado de todas las Gentes, p.199-200

¿Quién divide la iglesia?

"Si los dirigentes de Israel hubiesen recibido a Cristo, los habría honrado como mensajeros suyos para llevar el Evangelio al mundo. A ellos fue dada primeramente la oportunidad de ser heraldos del reino y de la gracia de Dios. Pero Israel no conoció el tiempo de su visitación. Los celos y la desconfianza de los dirigentes judíos maduraron en abierto odio, y el corazón de la gente se apartó de Jesús.
El Sanedrín había rechazado el mensaje de Cristo y procuraba su muerte; por tanto, Jesús se apartó de Jerusalén, de los sacerdotes, del templo, de los dirigentes religiosos, de la gente que había sido instruida en la ley, y se dirigió a otra clase para proclamar su mensaje, y congregar a aquellos que debían anunciar el Evangelio a todas las naciones.
Así como la luz y la vida de los hombres fue rechazada por las autoridades eclesiásticas en los días de Cristo, ha sido rechazada en toda generación sucesiva. Vez tras vez, se ha repetido la historia del retiro de Cristo de Judea. Cuando los reformadores predicaban la palabra de Dios, no pensaban separarse de la iglesia establecida; pero los dirigentes religiosos no quisieron tolerar la luz, y los que la llevaban se vieron obligados a buscar otra clase, que anhelaba conocer la verdad. En nuestros días, pocos de los que profesan seguir a los reformadores están movidos por su espíritu. Pocos escuchan la voz de Dios y están listos para aceptar la verdad en cualquier forma que se les presente. Con frecuencia, los que siguen los pasos de los reformadores están obligados a apartarse de las iglesias que aman, para proclamar la clara enseñanza de la palabra de Dios. Y muchas veces, los que buscan la luz se ven obligados por la misma enseñanza a abandonar la iglesia de sus padres para poder obedecer."


Deseado de todas las Gentes, p.199-200

lunes, 24 de noviembre de 2008

Dios esta llamando a su pueblo

ESTE estrato lo saque del capitulo "El Sello de Dios", del libro "Joyas de los Testimonios" Tomo 2. Dios esta sellando a su pueblo, y lo esta llamando. Es terrible la crisis que hay en nuestro medio. El amor de muchos se esta enfriando, y necesitamos hacer cuanto podamos para alcanzarlos. A medida que voy colocando los subtítulos, los estudiaremos detenidamente:

"La levadura de la piedad no ha perdido todo su poder. En el tiempo en que son mayores el peligro y la depresión de la iglesia, el pequeño grupo que se mantiene en la luz estará suspirando y clamando por las abominaciones que se cometen en la tierra.  Pero sus oraciones ascenderán más especialmente en favor de la iglesia, porque sus miembros están obrando a la manera del mundo."

Hay un grupo en la iglesia que no doblo las rodillas a Baal. Somos pocos, pero Dios va a abreviar su obra en justicia. Jesús está esperando nuestras oraciones, que si bien parecieran no surtir efecto en esta época de tanto desprecio, ese incienso esta llegando a su Presencia. Los angeles las llevan en copas, que pronto rebalsarán, y darán cuenta a este mundo del desprecio terrible que han hecho a la Palabra de Dios y a sus mensajeros.

"No serán vanas las oraciones de estos pocos fieles.  Cuando el Señor salga como vengador, vendrá también como protector de todos aquellos que hayan conservado la fe en su pureza y se hayan mantenido sin mancha del mundo. Será entonces el tiempo en que Dios prometió vengar a sus escogidos que claman día y noche, aunque sea longánime con ellos."

Esas oraciones serán nuestra protección en el tiempo de angustia que pronto nos va a sobrecoger. Muchos creen que es en vano orar por los lideres de nuestra iglesia, y se apartan de ella. Muchos son los que lo creen, y lo digo con tristeza de corazón. Si bien muchos lideres y pastores apostatarán de la fe, esa no es una escusa para no clamar a Dios por ellos. Jesús hoy te despertó para que estés leyendo esto y clames a Él. Pronto vendrá y hará justicia.

"La orden es: "Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella." (Eze. 9: 4) Estos que suspiran y lloran han estado ofreciendo las palabras de vida; han reprendido, han aconsejado y suplicado.  Algunos de los que estaban deshonrando a Dios se han arrepentido y han humillado su corazón delante de él. Pero la gloria del Señor se ha apartado de Israel; aunque muchos perseveraban en las formas de la religión, faltaban el poder y la presencia de Dios."

Pueden ser muchos los programas que se hagan en la iglesia, muy bonitos y vistosos. Pero si lo que prima en nuestro medio es el orgullo y la vanagloria, si lo que realmente prevalece es un espíritu de soberbia y no de perdón, Dios abandona ese programa, y no tiene ningún efecto. Y si Jesús es quien abandona, es Satanás quien se hace cargo de aquellos miembros que ingresan a nuestras filas. Es increíble el desprecio que hay entre los miembros de nuestra iglesia por buscar el arrepentimiento y perdón, por hablar y acercarse al hermano para reconocer su falta con presteza, entendiendo que el tiempo se acaba, y pronto todo esto no tendrá mas sentido. Yo reconozco que deshonre a Dios, y busco con todas mis fuerzas arreglar mis cuentas con mis seres queridos y amigos todo el mal que les he hecho. Que ese sea también tu deseo antes de que todo esto termine.

"En el tiempo en que su ira se manifieste con castigos, estos humildes y consagrados discípulos de Cristo se distinguirán del resto del mundo por la angustia de su alma, expresada en lamentaciones y lloros, reproches y amonestaciones.  Mientras que otros procuran arrojar un manto sobre el mal existente, y excusar la gran impiedad que prevalece por doquiera, los que tienen celo por el honor de Jehová y amor por las almas no callarán para obtener el favor humano.  Sus almas justas se afligen día tras día por las obras y conversaciones profanas de los impíos.  Son impotentes para detener el torrente de la iniquidad; de ahí que se llenen de pesar y alarma.  Lloran delante de Dios al ver la religión despreciada en los mismos hogares de aquellos que han tenido gran luz. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay orgullo, avaricia, egoísmo y engaño de casi toda clase.  El Espíritu de Dios, que inspira la reprensión, es pisoteado, mientras triunfan los siervos de Satanás.  Dios queda deshonrado, la verdad anulada."

Es increíble la poca conexión que hay entre los que verdaderamente buscan a Dios y los que no, aun entre los miembros de la iglesia. El sábado a la mañana ya se escuchan en la escuela sabática conversaciones fuera de lugar, pensamientos de lo mas bajo y perversos que pueden habitar en el corazón. Las mujeres vestidas de una manera provocativa que incitan a los hombres a recordar toda esa basura acumulada en la semana en la televisión e internet. Dios ve todo eso, y nos recuerda que estamos siguiendo el mismo camino que nuestros padres los israelitas. Dios no cambió, lo que llamaba fornicación y perversión, lo que llamaba chusmerio, orgullo y codicia lo sigue llamando hoy en día también. Si ofendimos a Dios, busquemoslo en oración. Si ofendimos a Dios y por consiguiente a otro hermano, por más que nos duela y cueste, arreglemos hoy nuestras cuentas. No hay felicidad mas grande en esta tierra, no existe, es imposible encontrar otra, que no sea la que nos da el Espíritu Santo obrando en nuestros corazones. Y lo digo porque lo estoy viviendo.

"Aquellos que no sienten pesar por su propia decadencia espiritual ni lloran sobre los pecados ajenos quedarán sin el sello de Dios.  El Señor ordena a sus mensajeros, los hombres que tienen las armas de matanza en la mano: "Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.  Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario.  Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo." (Eze. 9: 5, 6.)"

Terrible, no quisiera ni pensarlo. El sello de Dios tiene que ser nuestra prioridad en esta vida. El carácter cristiano tiene que ser modelado por el Espíritu Santo, y aunque tengamos que dejarlo todo por Él, lágrimas y llantos, Él ya lo dió todo por nosotros.

"Aquí vemos que la iglesia, el santuario del Señor, era la primera en sentir los golpes de la ira de Dios.  Los ancianos, aquellos a quienes Dios había brindado gran luz, que se habían destacado como guardianes de los intereses espirituales del pueblo, habían traicionado su cometido.  Habían asumido la actitud de que no necesitamos esperar milagros ni la señalada manifestación del poder de Dios como en tiempos anteriores.  Los tiempos han cambiado.  Estas palabras fortalecen su incredulidad, y dicen: El Señor no hará bien ni mal.  Es demasiado misericordioso para castigar a su pueblo.  Así el clamor de paz y seguridad es dado por hombres que no volverán a elevar la voz como trompeta para mostrar al pueblo de Dios sus transgresiones y a la casa de Jacob sus pecados.  Estos perros mudos que no querían ladrar, son los que sienten la justa venganza de un Dios ofendido.  Hombres, jóvenes y niñitos, todos perecen juntos."

Dos pecados grandes hay en nuestra iglesia: la incredulidad y el orgullo. Incredulidad, en el sentido de no creer que Dios es realmente poderoso. Nadie lo cree, incluso he escuchado una y otra vez la falacia de creer que Jesús no puede repetir las cosas que hizo en el antaño, que es cosa vieja, y que nos tenemos que conformar con el escaso poder del Espíritu Santo (producto de nuestra rebelión). Orgullo, en no buscar a Dios y al hermano para confesar nuestros pecados y arrepentirnos. Se esta clamando PAZ Y SEGURIDAD en nuestra iglesia, y seguimos como si nada, como si todavía quedara mucho tiempo más. Es hora de levantarnos.

Quería dejarles para terminar, un versículo que me sirvió mucho esta semana, y se encuentra en Santiago 5:16:


"Por lo tanto, confesaos vuestras faltas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo, es poderosa."

Leandro Pena

lunes, 15 de septiembre de 2008

El capitulo que Satanas no quiere que leas

 En la guerra, la información es vital. Nadie estaría más enojado como el Jefe de los Enemigos, al saber que los grupos aliados poseen información clave para desbaratar sus planes. Sin embargo, aun cuando poseemos esta información tan importante, "misteriosamente" la descuidamos. Lean atentamente este capitulo, y verán que nada de lo que les estoy diciendo es mentira. Palabra por palabra se está llevando a cabo en nuestras iglesias, profecías que se están cumpliendo frente a nuestros ojos. Y aquí yo no utilizaría esa frase novelesca "cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia", ya que tiene un correlato con lo real, con nuestro medio, con nuestra iglesia que es verdaderamente terrible.

"A medida que el pueblo de Dios se acerca a los peligros de los últimos días, Satanás sostiene fervientes consultas con sus ángeles en cuanto al plan de mayor éxito para derribar su fe.  El ve que las iglesias populares están ya arrulladas para dormir gracias a su poder engañador.  Mediante una sofistería agradable y milagros engañosos puede continuar teniéndolas bajo su dominio.  Por lo tanto dirige a sus ángeles para que coloquen trampas especialmente destinadas a los que esperan la segunda venida. de Cristo y se esfuerzan por guardar todos los mandamientos de Dios.
Dice el gran engañador: "Debemos vigilar a los que están llamando la atención del pueblo al sábado  de Jehová; ellos inducirán a muchos a ver las exigencias de la ley de Dios; y la misma luz que revela el verdadero sábado revela también la ministración de Cristo en el santuario celestial, y muestra que la última obra por la salvación del hombre se está realizando ahora.  Mantened la mente de la gente en tinieblas hasta que esa obra termine, y aseguraremos el mundo y también la iglesia.
"El sábado es el gran tema que ha de decidir el destino de las almas.  Debemos exaltar el día, de descanso de nuestra creación.  Hemos logrado que fuera aceptado tanto por los mundanos como por los miembros de la iglesia; ahora la iglesia debe ser inducida a unirse con el mundo para sostenerlo.  Debemos trabajar por medio de señales y maravillas para cegar sus ojos a la verdad, e inducirles a dejar a un lado la razón y el temor de Dios y a seguir la costumbre y la tradición.
"Yo influiré a los ministros populares para hacer que la atención de sus oyentes se aparte de los mandamientos de Dios.  Lo que las Escrituras declaran que es la perfecta ley de libertad será presentado como un yugo de servidumbre.  El pueblo acepta las explicaciones de las Escrituras que hacen sus pastores, y no investiga directamente.  Por lo tanto, actuando por medio de los ministros, puedo controlar a la gente a mi voluntad.
"Pero nuestra principal preocupación es silenciar a esta secta de guardadores del sábado.  Debemos excitar la indignación popular contra ellos.  Alistaremos grandes hombres y hombres mundialmente sabios de nuestro lado, e induciremos a los que están en autoridad a llevar adelante nuestros propósitos.  Entonces el descanso que yo he establecido será hecho obligatorio por leyes muy severas e impositivas.  Los que las desobedezcan serán apartados de sus ciudades y aldeas, y se les hará sufrir hambre y privación.  Una vez que tengamos el poder, mostraremos lo que podemos hacer con aquellos que no desean apartarse de su lealtad a Dios.  Indujimos a la iglesia romana a castigar con la prisión, la tortura y la muerte a los que rechazaron rendirse a sus decretos; y ahora que estamos poniendo a las iglesias protestantes y al mundo en armonía con este brazo derecho de nuestra fuerza, finalmente tendremos una ley para exterminar a todos los que no se sometan a la autoridad.  Cuando la muerte sea la pena por la violación de nuestro descanso, entonces muchos que ahora están alistados con los observadores de los mandamientos vendrán a nuestro lado.
"Pero antes de proceder a estas medidas extremas" debemos ejercer toda nuestra sabiduría y sutileza para engañar y entrampar a los que honran el verdadero sábado.  Podemos separar a muchos de Cristo por la mundanalidad, la concupiscencia y el orgullo.  Se pensarán seguros porque creen la verdad, pero la complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confundirá el juicio y destruirá la discriminación, producirá su caída.
"Id, haced que los poseedores de tierras y de dinero se embriaguen con los cuidados de esta vida.  Presentad el mundo delante de los hombres en su luz más atractiva, para que depongan su tesoro aquí y fijen sus afectos en las cosas terrenales.  Debemos hacer todo lo que podamos para impedir que los que trabajan en la causa de Dios obtengan medios para usar contra nosotros.  Mantened el dinero en nuestras filas. Cuanto más medios obtengan ellos, más perjudicarán nuestro reino arrebatándonos nuestros súbditos. Preocupadlos más por el dinero que por la edificación del reino de Cristo y la difusión de las verdades que nosotros odiamos, y no necesitamos temer su influencia; porque sabemos que toda persona egoísta y codiciosa caerá bajo nuestro poder, y finalmente será separada del pueblo de Dios.
"Usando a los que tienen una forma de piedad pero no conocen el poder, podemos ganar a muchos que de otra manera nos harían daño.  Los amantes del placer más que amantes de Dios serán nuestros ayudadores más eficaces.  Los que pertenecen a esta clase y que son aptos e inteligentes servirán como cebo para atraer a otros a nuestros anzuelos.  Muchos no temerán su influencia, porque profesan la misma fe.  Así los induciremos a sacar la conclusión de que los requerimientos, de Cristo son menos estrictos de lo que una vez creían, y que conformándose con el mundo podrían ejercer una mayor influencia sobre los mundanos.  Así se separarán de Cristo; entonces no tendrán ninguna fuerza para resistir nuestro poder, y antes de mucho estarán listos para ridiculizar su primer celo y devoción.
"Hasta que sea dado el gran golpe decisivo, nuestros esfuerzos contra los observadores de los mandamientos deben ser incansables.  Debemos estar presentes en todas sus reuniones.  Especialmente en sus grandes asambleas nuestra causa sufrirá mucho, y debemos ejercer gran vigilancia, y emplear todas nuestras artes seductoras para impedir que las almas escuchen la verdad y se impresionen con ella.
"Tendré sobre el terreno, como agentes míos, a hombres con falsas doctrinas mezcladas con suficiente cantidad de verdad como para engañar a las almas.  Tendré también incrédulos presentes que expresarán dudas eón respecto a los mensajes de amonestación que envía el Señor a su iglesia.  Si el pueblo lee y cree estas admoniciones, podemos tener poca esperanza de vencerlo.  Pero si podemos distraer su atención de estas advertencias, permanecerán ignorantes con respecto a nuestro poder y astucia, y por fin los aseguraremos en nuestras filas.  Dios no permitirá que sus palabras sean despreciadas impunemente.  Si podemos mantener a las almas engañadas por un tiempo, la misericordia de Dios será retirada, y él las entregará a nuestro dominio.
"Debemos causar distracción y división.  Debemos destruir su ansiedad por sus propias almas, e inducirlos a criticar, a juzgar, y a acusar y condenarse mutuamente, a albergar egoísmo y enemistad.  Por estos pecados, Dios nos eliminó de su presencia; y todos los que sigan nuestro ejemplo harán frente a una suerte similar".

Extraido del capitulo "Las trampas de Satanas" del libro Testimonios para los Ministros  de Elena G. White, paginas 481-484.

martes, 15 de julio de 2008

DANGER! DANGER! Mensajes alagadores...


Esto es un verdadero DANGER, una alerta que nos deja una de las autoras cristianas más grandes de estos ultimos tiempos, Elena de White. Es impresionante este capitulo extraido del libro "Primeros Escritos". Cualquier parecido con la realidad, ES PURA COINCIDENCIA.

"Después de esto vi que Satanás consultaba con sus ángeles para considerar cuánto habían ganado. Era cierto que por medio del temor a la muerte habían logrado que algunas almas tímidas no abrazaran la verdad; pero muchos, que aunque tímidos la abrazaron, vieron al punto desvanecidos sus temores. Al presenciar la muerte de sus hermanos y contemplar su firmeza y paciencia, comprendieron que Dios y los ángeles les ayudaban a soportar tantos sufrimientos. Así se volvían valerosos y resueltos; y cuando a su vez les tocaba dar la vida, mantenían su fe con tal paciencia y firmeza que hacían temblar aun a sus propios verdugos. Satanás y sus ángeles decidieron que había otro medio aún más eficaz para que las almas se perdieran, y que daría mejores resultados. Aunque a los cristianos se les infligían sufrimientos, su firmeza y la brillante esperanza que los animaba fortalecían al débil y le habilitaban para arrostrar impávido el tormento y la hoguera. Imitaban el noble proceder de Cristo ante sus verdugos, y por su constancia y la gloria de Dios que los circuía, convencían a muchos otros de la verdad.
Por lo tanto Satanás resolvió valerse de un procedimiento más suave. Ya había corrompido las doctrinas de la Biblia, e iban arraigándose profundamente las tradiciones que habían de perder a millones de personas. Refrenando su odio, resolvió no excitar a sus vasallos a tan acerba persecución, sino inducir a la iglesia a que disputara sobre varias tradiciones, en vez de la fe entregada una vez a los santos. En cuanto logró Satanás que la iglesia aceptase favores y honores del mundo su pretexto de recibir beneficios, principió a perder ella el favor de Dios. Se fue debilitando en poder al rehuir declarar las auténticas verdades que eliminaban a los amadores del placer y a los amigos del mundo.
La iglesia no es ahora el apartado y peculiar pueblo que era cuando los fuegos de la persecución estaban encendidos contra ella. ¡Cuán empañado está el oro! ¡Cuán transmutado el oro fino! Vi que si la iglesia hubiese conservado siempre su carácter peculiar y santo, todavía permanecería en ella el poder del Espíritu Santo que recibieron los discípulos. Sanarían los enfermos, los demonios serían reprobados y echados, y la iglesia seria potente, y un terror para sus enemigos.
Vi una numerosa compañía que profesaba el nombre de Cristo, pero Dios no la reconocía como suya. No se complacía en ella. Satanás asumía carácter religioso y estaba dispuesto a que la gente se creyese cristiana; y hasta estaba también ansioso de que creyeran en Jesús, en su crucifixión y resurrección. Satanás y sus ángeles creen todo esto ellos mismos y tiemblan. Pero si la fe del cristiano no le mueve a buenas obras ni induce a quienes la profesan a imitar la abnegación de Cristo, Satanás no se conturba, porque como entonces los cristianos lo son sólo de nombre y sus corazones continúan siendo carnales, él puede emplearlos en su servicio mucho mejor que si no profesaran ser cristianos. Ocultando su deformidad bajo el nombre de cristianos, pasan por la vida con sus profanos temperamentos y sus indómitas pasiones. Esto da motivo a que los incrédulos achaquen a Cristo las imperfecciones de los llamados cristianos, y desacrediten a los de pura e inmaculada religión.
Los ministros ajustan sus sermones al gusto de los cristianos mundanos. No se atreven a predicar a Jesús ni las penetrantes verdades de la Biblia, porque si lo hiciesen, estos cristianos mundanos no quedarían en las iglesias. Sin embargo, como la mayor parte de ellos son gente rica, los ministros procuran retenerlos, aunque no sean más merecedores de estar en la iglesia que Satanás y sus ángeles. Esto es precisamente lo que Satanás quería. Hace aparecer la religión de Jesús como popular y honrosa a los ojos de los mundanos. Dice a la gente que quienes profesan la religión recibirán más honores del mundo. Estas enseñanzas difieren notablemente de las de Cristo. La doctrina de él y el mundo no pueden convivir en paz. Quienes siguen a Cristo han de renunciar al mundo. Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles. Ellos trazaron el plan, y los cristianos nominales lo llevaron a cabo. Enseñaron fábulas agradables que las gentes creyeron fácilmente, y se agregaron a la iglesia pecadores hipócritas y descarados. Si la verdad hubiese sido predicada en su pureza, pronto habría eliminado a esa clase. Pero no hubo diferencia entre los que profesaban servir a Cristo y los mundanos. Vi que si la falsa cubierta hubiese sido arrancada de sobre los miembros de las iglesias, habría revelado tanta iniquidad, vileza y corrupción que el más tibio hijo de Dios no habría vacilado en llamar a esos profesos cristianos por su verdadero nombre: hijos de su padre, el diablo, cuyas obras hacían.
Jesús y toda la hueste celestial miró con desagrado la escena; sin embargo Dios tenía para la iglesia un mensaje que era sagrado e importante. Si se lo recibía, produciría una reforma cabal en la iglesia, haciendo revivir el testimonio vivo que eliminaría a los hipócritas y pecadores, y devolvería a la iglesia el favor de Dios." Primeros Escritos, p. 227-229