domingo, 27 de junio de 2010

LA OBCECACIÓN QUE REINA

(Conflicto de los Siglos p661) White
Cada vez que la gente rechace la verdad, habrá mayor confusión en su mente y más terquedad en su corazón, hasta que se hunda en temeraria incredulidad. En su desafío de las amonestaciones de Dios, seguirá pisoteando uno de los preceptos, del Decálogo hasta que sea inducida a perseguir a los que lo consideran sagrado. Se desprecia a Cristo cuando se manifiesta desdén hacia su Palabra y hacia su pueblo. Conforme vayan siendo aceptadas las enseñanzas del espiritismo en las iglesias, irán desapareciendo las vallas impuestas al corazón carnal, y la religión se convertirá en un manto para cubrir las más bajas iniquidades. La creencia en las manifestaciones espiritistas abre el campo a los espíritus seductores y a las doctrinas de demonios, y de este modo se dejarán sentir en las iglesias las influencias de los ángeles malos.

NOTA: Que Elena nos aclare que es el espiritismo.

(Patriarcas y Profetas p 742) White
Así anunció el apóstol una de las características más señaladas de los maestros espiritistas.  Se niegan a reconocer a Cristo como el Hijo de Dios.  Tocante a esta clase de maestros, el amado apóstol Juan declara: "¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?  Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.  Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre." (1 Juan 2: 22, 23.) El espiritismo, al negar a Cristo, niega tanto al Padre como al Hijo, y la Biblia declara que es manifestación del anticristo.

(Primeros Escritos p159) White
Aun esperaba Satanás que fracasaría el grandioso plan de salvación. Se valía de todo su poder para endurecer el corazón de la gente y exacerbar sus sentimientos contra Jesús. Esperaba también Satanás que fuesen tan pocos los que reconocieran en Jesús al Hijo de Dios, que él consideraría sus sufrimientos y sacrificios demasiado grandes para tan pequeña grey. Pero vi que aunque sólo hubiera habido dos personas que aceptaran a Jesús como Hijo de Dios, y creyeran en él para la salvación de sus almas, ese plan se hubiera llevado a cabo.

lunes, 14 de junio de 2010

¿Son esas cosas así? ¿Está en armonía con la Palabra?


Jeremías 7:3-11  Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová


Nuestra confianza debe radicar en Dios y su Palabra. Cuan dificil se hace hablar con aquellos que se fían en palabras de mentira, diciendo "templo de Jehova", "iglesia de Dios", "estructura divina", para esconder sus pecados semanales en un día particular. Nos comportamos como salvajes y animales, nuestra naturaleza humana nos juega una mala pasada al estar desconectada de la fuente de vida, pero justificamos nuestros actos arguyendo en que pertenenciendo a una institución/iglesia/coorporación nos trae la salvación. Confiamos en mentiras. Confiamos en mentiras porque resulta que es más facil creer en ellas que mejorar nuestros caminos...

Miqueas 2:7-13  que te dices casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son estas sus obras? ¿No hacen mis palabras bien al que camina rectamente? El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; de sobre el vestido quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como adversarios de guerra. A las mujeres de mi pueblo echasteis fuera de las casas que eran su delicia; a sus niños quitasteis mi perpetua alabanza. Levantaos y andad, porque no es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente. Si alguno andando con espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vino y de sidra; este tal será el profeta de este pueblo. De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres. Subirá el que abre caminos delante de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y saldrán por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová. 
 

 Las Palabras que provienen de Dios, jamás hacen mal al que anda rectamente. Muchos critican la "forma", cuando estamos hablando del pueblo de Dios, que supuestamente conoce su Palabra: la Biblia y los Testimonios. Ese mismo pueblo, se está levantando como enemiga de la verdad, atacando los mensajes que provienen de lo alto. No desean que se los critique, quieren vivir en pecado justificando sus actos en palabras de consuelo dadas por sus profetas: ¡queremos vino y sidra! ¡diversión y espectaculos! ¡Dios no hará bien ni mal! Este es el profeta de aquél pueblo, que se dice llamar "casa de Jacob", ayer su pueblo, hoy su enemigo. Pero quienes desean hacer la voluntad de Dios, sigan al rey, a Cristo, y a su cabeza que es Jehova, su Padre.

"Los que permiten que el prejuicio impida que la mente reciba la verdad, no pueden ser receptáculos de la iluminación divina. Sin embargo, cuando se presenta un punto de vista de las Escrituras, muchos no preguntan: ¿Es cierto? ¿Está en armonía con la Palabra de Dios? Sino ¿quién lo defiende? y a menos que venga precisamente por el medio que a ellos les agrada, no lo aceptan. Tan plenamente satisfechos se sienten con sus propias ideas, que no quieren examinar la evidencia bíblica con un deseo de aprender, sino que rehusan interesarse, meramente a causa de sus prejuicios.
El Señor a menudo obra cuando nosotros menos lo esperamos; él nos sorprende al revelar su poder mediante instrumentos de su propia elección, mientras pasa por alto a los hombres por cuyo intermedio hemos esperado que viniera la luz. Dios quiere que recibamos la verdad por sus propios méritos, porque es verdad."
TESTIMONIOS PARA LOS MINISTROS, p.103


Si pasamos la prueba, y comenzamos a leer el mensaje en vez de quién lo dice, despojandonos de todo prejuicio que nos invade a nuestro alrededor, seremos receptáculos de la iluminación divina. Si examinamos la evidencia biblica con deseos de aprender en vez de atacar con soberbia, comprenderemos la manera en la que el Señor trabaja, y recibiremos su palabra porque es verdad, y no por la autoridad de algun otro que diga tal o cuál cosa. Estamos acostumbrados a que nos digan en que creer. Es la religión consumista, la religión del rating, donde los mejores y autorizados lideres, pastores y ministros pasan en la pasarela de la exposición de verdades, y nosotros aceptamos o rechazamos con el criterio humano, la tradición... en vez comparar el mensaje, la evidencia biblica con la evidencia biblica en oración. Cuando nos alejamos de la palabra de Dios, buscamos que nos digan las cosas bien, que no ataquen nuestros pecados tan duramente... ¡cómo si Dios a lo largo de la historia hubiese actuado de otra manera!

"En cada generación Dios envió siervos suyos para reprobar el pecado tanto en el mundo como en la iglesia. Pero los hombres desean que se les digan cosas agradables, y no gustan de la verdad clara y pura. Muchos reformadores, al principiar su obra, resolvieron proceder con gran prudencia al atacar los pecados de la iglesia y de la nación. Esperaban que mediante el ejemplo de una vida cristiana y pura, llevarían de nuevo al pueblo a las doctrinas de la Biblia. Pero el Espíritu de Dios vino sobre ellos como había venido sobre Elías, impeliéndole a censurar los pecados de un rey malvado y de un pueblo apóstata; no pudieron dejar de proclamar las declaraciones terminantes de la Biblia que habían titubeado en presentar. Se vieron forzados a declarar diligentemente la verdad y señalar los peligros que amenazaban a las almas. Sin temer las consecuencias, pronunciaban las palabras que el Señor les ponía en la boca, y el pueblo se veía constreñido a oír la amonestación."
Así también será proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando llegue el tiempo de hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la  imposición de las observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasiones del espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder papal -todo será desenmascarado. Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán. Admirados y confundidos. Oirán el testimonio de que Babilonia es la iglesia que cayó por sus errores y sus pecados, porque rechazó la verdad que le fue enviada del cielo. Cuando el pueblo acuda a sus antiguos conductores espirituales a preguntarles con ansia: ¿Son esas cosas así? los ministros aducirán fábulas, profetizarán cosas agradables para calmar los temores y tranquilizar las conciencias despertadas. Pero como muchas personas no se contentan con las meras razones de los hombres y exigen un positivo "Así dice Jehová," los ministros populares, como los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone en duda su autoridad, denunciarán el mensaje como si viniese de Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y persigan a los que lo proclaman."
CONFLICTO DE LOS SIGLOS, p.664-665

Es desición tuya, escuchar el mensaje, o rechazarlo por prejuicios. 

Dios tenga misericordia de su pueblo, y lo despierte cuanto antes.


Leandro Pena

viernes, 4 de junio de 2010

A ESTAR ATENTO

(PRIMEROS ESCRITOS 139)
Jesús dice: "Guardaos de los falsos profetas.... Por sus frutos los conoceréis." (Mat. 7:15,16.) Esta es una parte del Sermón del Monte, y todos pueden ver que este discurso tiene una aplicación general para la iglesia durante toda la edad evangélica.  Los falsos profetas han de conocerse por sus frutos; en otras palabras, por su carácter moral.  La única norma por la cual se puede determinar si los frutos son buenos o malos, es la ley de Dios.  Así somos llevados a la ley y al testimonio.  Los profetas verdaderos no sólo hablarán conforme a esta palabra, sino que vivirán de acuerdo con ella.  Al que habla y vive así, no me atrevo a condenarlo.
Siempre ha sido característica de los falsos profetas que vieran visiones de paz, y luego dijeran: "Paz y seguridad," cuando ha estado por sobrecogerlos la destrucción repentina.  Los verdaderos reprenderán siempre audazmente el pecado y darán advertencia con respecto a la ira venidera.

(MS 28, 1900).
Los ministros de Dios han sido culpables del pecado de no obedecer un "Así dice Jehová".  Han acostumbrado a los miembros de sus iglesias a observar ritos que no tienen fundamento en la Palabra de Dios, y que más bien estáis en oposición directa con la ley divina.  Al pervertir y tergiversar la Palabra de Dios han hecho que la gente peque.  Dios les pagará de acuerdo con sus obras.  Son culpables, como los sacerdotes y gobernantes del tiempo de Cristo, de hacer que la gente yerre.  Cristo dice de ellos como dijo de los dirigentes judíos: "En vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres"

(ISAIAS 58:1) "Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelion y a la casa de Jacob su pecado".


(Carta 76, 1902).
El profeta recibe esta palabra del Señor; un mensaje sorprendente por su fuerza y claridad:
"Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado". Aunque la casa de Jacob es llamada pueblo de Dios, y aunque declara que está unida con Dios en obediencia y comunión, se encuentra alejada de él. Le han sido dados promesas y privilegios maravillosos; pero ha sido desleal a ese cometido. Sin palabras halagüeñas debe dársele el mensaje: "Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado". Muéstrale dónde se está equivocando. Pon ante él su peligro. Dile los pecados que está cometiendo, mientras que al mismo tiempo se enorgullece de su rectitud. Aparenta que busca a Dios; pero lo está olvidando, está olvidando que es un Dios de amor y compasión, de paciencia y bondad, que procede con justicia y ama la misericordia. Procedimientos mundanos han entrado en sus actividades y su vida religiosa. Su corazón no está purificado por la verdad. Dios estima que sus ceremonias de humildad externa son una solemne burla. Considera todo su fingimiento religioso como un insulto contra él.
El pueblo a quien habló el profeta creía que era muy piadoso, y destacaba su ayuno y otras ceremonias externas como una evidencia de su piedad. Pero sus actos estaban manchados por la lepra del egoísmo y la ambición. Todo lo que tenían lo habían recibido primero de Dios. El les prodigaba sus bienes para que pudieran ser su mano ayudadora, para que hicieran lo que Cristo habría hecho si hubiera estado en su lugar, representando debidamente los principios del cielo


 (MS 36, 1897).
Nos corresponde la obra de despertar a la gente. Satanás con todos sus ángeles ha descendido con gran poder para emplear todo engaño posible a fin de contrarrestar la obra de Dios. El Señor tiene un mensaje para su pueblo. Ese mensaje será predicado, ya sea que los hombres lo acepten o lo rechacen. Como en los días de Cristo, habrá astutas conspiraciones de los poderes de las tinieblas; pero el mensaje no debe ser encubierto con palabras suaves o discursos atrayentes que pregonen paz, paz, cuando no hay paz para aquellos que se están apartando de Dios. " No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos". [Se cita Isa. 58: 1-2.]
Todo el capítulo se aplica a los que viven en este período de la historia de la tierra. Considerad atentamente este capítulo porque se cumplirá