miércoles, 28 de enero de 2009

El Reloj de Dios


Se acerca la crisis
A través de los tiempos, el Señor hizo conocer la manera en que procede.  Cada vez que sobrevino una crisis, él se reveló e intervino para impedir la ejecución de los planes de Satanás.  Muchas veces dejó que las naciones, familias e individuos llegasen a una crisis, a fin de que su intervención fuese más destacada.  Entonces demostró la existencia del Dios de Israel, quién afirmará su ley y justificará a su pueblo...
Satanás no duerme, sino que vela para evitar que la segura  palabra profético se cumpla.  Con su astucia y poder engañador, se esfuerza por contrarrestar la voluntad de Dios revelada expresamente en su Palabra.  Durante años, Satanás ha obrado para llegar a dominar las mentes de los hombres por medio de sofismas con los cuales ha querido substituir la verdad.  En este tiempo de peligro, los que practican el bien en el temor de Dios glorifican su nombre repitiendo las palabras de David: "Tiempo es de hacer, oh Jehová; disipado han tu ley." (Sal. 119: 126.) - Joyas de los Testimonios, Tomo 3, p.328-329

El Reloj Perfecto de Dios
Con infalible exactitud, el Ser Infinito sigue llevando una cuenta con todas las naciones.  Mientras ofrece su misericordia, con invitaciones al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, comienza el ministerio de su ira.  La cuenta se cierra.  Cesa la paciencia divina.  Entonces ya no intercede la misericordia en su favor.
Al profeta, mientras miraba a través de las edades, se le presentó este tiempo en visión.  Las naciones de esta época han recibido misericordia sin precedentes.  Les han sido dadas las bendiciones más selectas del cielo, pero el orgullo intensificado, la codicia, la idolatría, el desprecio de Dios y la vil ingratitud, son cosas anotadas contra ellas.  Están cerrando rápidamente su cuenta con Dios.
Pero lo que me hace temblar es el hecho de que aquellos que han tenido la mayor luz y los mayores privilegios han sido contaminados por la iniquidad prevaleciente.  Bajo la influencia de los injustos que los rodean, muchos, aun de entre los que profesan la verdad, se han enfriado y son arrastrados por la fuerte corriente del mal.  El desprecio universal en que se tiene la verdadera piedad y santidad, induce a los que no se relacionan estrechamente con Dios a perder la reverencia a su ley.  Si estuviesen siguiendo la luz y obedeciendo de todo corazón a la verdad, esta santa ley les parecería aún más preciosa cuando tanto se la desprecia y desecha.  A medida que la falta de respeto por la ley de Dios se vuelve más manifiesta, se hace más distinta la raya de demarcación entre sus observadores y el mundo.  El amor hacia los preceptos divinos aumenta en una clase de personas en la medida en que en otra clase aumenta el desprecio hacia ellos. - Joyas de los Testimonios, Tomo 2, p.63-64

Es tiempo de hablar!!!
¿Aguardaremos que las profecías del fin se cumplan antes de hablar de ellas? ¿De qué servirían entonces nuestras palabras? ¿Esperaremos hasta que los juicios de Dios caigan sobre el pecador para decirle cómo evitarlos? ¿Dónde está nuestra fe en la Palabra de Dios? ¿Debemos ver realizadas las cosas anunciadas para creer en lo que él nos ha dicho?  En claros y distintos rayos, nos ha llegado la luz, enseñándonos que el gran día está cercano "a las puertas." Leamos y comprendamos antes que sea demasiado tarde. - Joyas de los Testimonios, Tomo 3, p.289

miércoles, 14 de enero de 2009

Adventistas Fundamentalistas


 No dar pie a ser llamados "fundamentalistas":
"Debemos hacer que parezca esencial el estar unidos; no que vayamos a requerir a otros que acepten nuestras ideas, pero si todos están buscando la mansedumbre y la humildad de Cristo, tendrán la mente de Cristo. Entonces habrá unidad de espíritu. -Carta 15, 1892.
Yo ruego a los que aseveran creer la verdad, que anden en unidad con sus hermanos. No tratéis de dar al mundo ocasión de decir que somos extremistas, que estamos desunidos, que el uno enseña una cosa, y otro otra. Evitemos las disensiones. -TM 57 (1893)."
Cuidar nuestro lenguaje de reprensión, que sea la Biblia la que reprenda:
"No debemos usar palabras duras y cortantes. Excluidlas de todo artículo escrito, eliminadlas de todo discurso que se dé. Permitid que la Palabra de Dios haga la tarea de cortar, de reprender; que los hombres finitos se oculten y moren en Jesucristo. -9T 240-241, 244 (1909).
Debiéramos extirpar cada expresión en nuestros escritos y declaraciones que, si se toman en sí mismas, pueden interpretarse mal y hacer que parezcan antagónicas a la ley y el orden. Todo debe considerarse cuidadosamente, no sea que quede registrado que estamos declarando cosas que nos harán aparecer como desleales a nuestro país y a sus leyes. -Carta 36, 1895."
Se debe mostrar el carácter de Cristo, con piedad y consagración
"Dios tiene joyas en todas las iglesias, y no nos corresponde lanzar arrolladoras acusaciones contra el llamado mundo religioso, sino presentar a todos con humildad y amor, la verdad tal como es en Jesús. Que los hombres vean piedad y consagración; que contemplen un carácter semejante a Cristo, y serán atraídos a la verdad. El que ama a Dios por encima de todas las cosas, y a su prójimo como a sí mismo, será una luz en el mando. Los que tienen un conocimiento de la verdad deben compartirla. Deben ensalzar a Jesús, el Redentor del mundo; deben expresar la Palabra de vida (RH 17-1-1893). –CBA, tomo 4, p. 1205
Es cierto que se nos ordena: "Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado" (Isa. 58: 1). Este mensaje debe ser dado, pero aunque debemos darlo, hemos de ser cuidadosos de no embestir, abrumar y condenar a aquellos que no tienen la luz que nosotros tenemos. No debemos salirnos de nuestro camino para hacer ataques duros a los católicos. Entre los católicos hay muchos que son cristianos muy concienzudos, y que andan en toda la luz que brilla sobre ellos, y Dios obrará en su favor."No dar pie a ser llamados "fundamentalistas":
"Debemos hacer que parezca esencial el estar unidos; no que vayamos a requerir a otros que acepten nuestras ideas, pero si todos están buscando la mansedumbre y la humildad de Cristo, tendrán la mente de Cristo. Entonces habrá unidad de espíritu. -Carta 15, 1892.
Yo ruego a los que aseveran creer la verdad, que anden en unidad con sus hermanos. No tratéis de dar al mundo ocasión de decir que somos extremistas, que estamos desunidos, que el uno enseña una cosa, y otro otra. Evitemos las disensiones. -TM 57 (1893)."
Cuidar nuestro lenguaje de reprensión, que sea la Biblia la que reprenda:
"No debemos usar palabras duras y cortantes. Excluidlas de todo artículo escrito, eliminadlas de todo discurso que se dé. Permitid que la Palabra de Dios haga la tarea de cortar, de reprender; que los hombres finitos se oculten y moren en Jesucristo. -9T 240-241, 244 (1909).
Debiéramos extirpar cada expresión en nuestros escritos y declaraciones que, si se toman en sí mismas, pueden interpretarse mal y hacer que parezcan antagónicas a la ley y el orden. Todo debe considerarse cuidadosamente, no sea que quede registrado que estamos declarando cosas que nos harán aparecer como desleales a nuestro país y a sus leyes. -Carta 36, 1895."
Se debe mostrar el carácter de Cristo, con piedad y consagración
"Dios tiene joyas en todas las iglesias, y no nos corresponde lanzar arrolladoras acusaciones contra el llamado mundo religioso, sino presentar a todos con humildad y amor, la verdad tal como es en Jesús. Que los hombres vean piedad y consagración; que contemplen un carácter semejante a Cristo, y serán atraídos a la verdad. El que ama a Dios por encima de todas las cosas, y a su prójimo como a sí mismo, será una luz en el mando. Los que tienen un conocimiento de la verdad deben compartirla. Deben ensalzar a Jesús, el Redentor del mundo; deben expresar la Palabra de vida (RH 17-1-1893). –CBA, tomo 4, p. 1205
Es cierto que se nos ordena: "Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado" (Isa. 58: 1). Este mensaje debe ser dado, pero aunque debemos darlo, hemos de ser cuidadosos de no embestir, abrumar y condenar a aquellos que no tienen la luz que nosotros tenemos. No debemos salirnos de nuestro camino para hacer ataques duros a los católicos. Entre los católicos hay muchos que son cristianos muy concienzudos, y que andan en toda la luz que brilla sobre ellos, y Dios obrará en su favor."

lunes, 12 de enero de 2009

DANGER! DANGER!!! Mensajes alagadores...

Esto es un verdadero DANGER, una alerta que nos deja una de las autoras cristianas más grandes de estos ultimos tiempos, Elena de White. Es impresionante este capitulo extraido del libro "Primeros Escritos". Cualquier parecido con la realidad, ES PURA COINCIDENCIA.

"Después de esto vi que Satanás consultaba con sus ángeles para considerar cuánto habían ganado. Era cierto que por medio del temor a la muerte habían logrado que algunas almas tímidas no abrazaran la verdad; pero muchos, que aunque tímidos la abrazaron, vieron al punto desvanecidos sus temores. Al presenciar la muerte de sus hermanos y contemplar su firmeza y paciencia, comprendieron que Dios y los ángeles les ayudaban a soportar tantos sufrimientos. Así se volvían valerosos y resueltos; y cuando a su vez les tocaba dar la vida, mantenían su fe con tal paciencia y firmeza que hacían temblar aun a sus propios verdugos. Satanás y sus ángeles decidieron que había otro medio aún más eficaz para que las almas se perdieran, y que daría mejores resultados. Aunque a los cristianos se les infligían sufrimientos, su firmeza y la brillante esperanza que los animaba fortalecían al débil y le habilitaban para arrostrar impávido el tormento y la hoguera. Imitaban el noble proceder de Cristo ante sus verdugos, y por su constancia y la gloria de Dios que los circuía, convencían a muchos otros de la verdad.
Por lo tanto Satanás resolvió valerse de un procedimiento más suave. Ya había corrompido las doctrinas de la Biblia, e iban arraigándose profundamente las tradiciones que habían de perder a millones de personas. Refrenando su odio, resolvió no excitar a sus vasallos a tan acerba persecución, sino inducir a la iglesia a que disputara sobre varias tradiciones, en vez de la fe entregada una vez a los santos. En cuanto logró Satanás que la iglesia aceptase favores y honores del mundo su pretexto de recibir beneficios, principió a perder ella el favor de Dios. Se fue debilitando en poder al rehuir declarar las auténticas verdades que eliminaban a los amadores del placer y a los amigos del mundo.
La iglesia no es ahora el apartado y peculiar pueblo que era cuando los fuegos de la persecución estaban encendidos contra ella. ¡Cuán empañado está el oro! ¡Cuán transmutado el oro fino! Vi que si la iglesia hubiese conservado siempre su carácter peculiar y santo, todavía permanecería en ella el poder del Espíritu Santo que recibieron los discípulos. Sanarían los enfermos, los demonios serían reprobados y echados, y la iglesia seria potente, y un terror para sus enemigos.
Vi una numerosa compañía que profesaba el nombre de Cristo, pero Dios no la reconocía como suya. No se complacía en ella. Satanás asumía carácter religioso y estaba dispuesto a que la gente se creyese cristiana; y hasta estaba también ansioso de que creyeran en Jesús, en su crucifixión y resurrección. Satanás y sus ángeles creen todo esto ellos mismos y tiemblan. Pero si la fe del cristiano no le mueve a buenas obras ni induce a quienes la profesan a imitar la abnegación de Cristo, Satanás no se conturba, porque como entonces los cristianos lo son sólo de nombre y sus corazones continúan siendo carnales, él puede emplearlos en su servicio mucho mejor que si no profesaran ser cristianos. Ocultando su deformidad bajo el nombre de cristianos, pasan por la vida con sus profanos temperamentos y sus indómitas pasiones. Esto da motivo a que los incrédulos achaquen a Cristo las imperfecciones de los llamados cristianos, y desacrediten a los de pura e inmaculada religión.
Los ministros ajustan sus sermones al gusto de los cristianos mundanos. No se atreven a predicar a Jesús ni las penetrantes verdades de la Biblia, porque si lo hiciesen, estos cristianos mundanos no quedarían en las iglesias. Sin embargo, como la mayor parte de ellos son gente rica, los ministros procuran retenerlos, aunque no sean más merecedores de estar en la iglesia que Satanás y sus ángeles. Esto es precisamente lo que Satanás quería. Hace aparecer la religión de Jesús como popular y honrosa a los ojos de los mundanos. Dice a la gente que quienes profesan la religión recibirán más honores del mundo. Estas enseñanzas difieren notablemente de las de Cristo. La doctrina de él y el mundo no pueden convivir en paz. Quienes siguen a Cristo han de renunciar al mundo. Las enseñanzas halagadoras provienen de Satanás y sus ángeles. Ellos trazaron el plan, y los cristianos nominales lo llevaron a cabo. Enseñaron fábulas agradables que las gentes creyeron fácilmente, y se agregaron a la iglesia pecadores hipócritas y descarados. Si la verdad hubiese sido predicada en su pureza, pronto habría eliminado a esa clase. Pero no hubo diferencia entre los que profesaban servir a Cristo y los mundanos. Vi que si la falsa cubierta hubiese sido arrancada de sobre los miembros de las iglesias, habría revelado tanta iniquidad, vileza y corrupción que el más tibio hijo de Dios no habría vacilado en llamar a esos profesos cristianos por su verdadero nombre: hijos de su padre, el diablo, cuyas obras hacían.
Jesús y toda la hueste celestial miró con desagrado la escena; sin embargo Dios tenía para la iglesia un mensaje que era sagrado e importante. Si se lo recibía, produciría una reforma cabal en la iglesia, haciendo revivir el testimonio vivo que eliminaría a los hipócritas y pecadores, y devolvería a la iglesia el favor de Dios." Primeros Escritos, p. 227-229